Dia 14 – (N) Tromso – (N) Gullesfjord (Islas Lofoten) - 324 km

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Tromso -  09’21horas. 10 ºC.   5.821 km recorridos.

Hace un dia soleado, pero frio, las nubes se quedan enganchadas en las cimas de las montañas. Desmontamos sin problema y ponemos rumbo a las Islas Lofoten. Me parece increíble también que esta tarde lleguemos a ese lugar, ya que cualquier información sobre Noruega, siempre hace mención a los incomparables paisajes de aquellas islas. Fiordos y mas fiordos, y a cual de ellos más impresionante, estarías todo el día con el dedo puesto en el disparador de la cámara (a lo japo). Ni ayer ni hoy hemos vista ya renos, aunque en la carretera siguen apareciendo las señales de peligro, por renos y por alces.

Paramos en un chiringuito sami, a tomar un café, y entramos en una tienda típica, con el fuego encendido en medio, y donde compramos embutidos de reno, pedimos dos cafés y nos dan las tazas vacías, el muchacho nos señala un puchero enorme que está cerca de las ascuas, yo pensaba que era decorativo, pues no, tu mismo te pones el café directamente del puchero.



Paramos a comer en una área de descanso y hacemos algunas fotos, como no, es imposible estarse quieto con la cámara.

Aunque no llegamos, (el dia no da para mas y tendriamos que desviarnos demasiado de nuestra ruta),  pasamos cerca  Narvik, cuyo puerto fue considerado estrategicamente importante durante la Segunda Guerra Mundial.

 Cruzamos el puente Tjeldsund que nos da acceso a las Islas Lofoten y Vesteralen,  cuando estamos saliendo del puente se abre ante nuestros ojos un paisaje que parece de decorado de película, el fiordo, el verde de los prados que llegan a la misma orilla del mar, las casitas de colores salpicadas por toda la falda de la montaña y la nieve en las cimas. Nos parece increíble que estemos viendo todo esto y que esta maravilla sea real. Y parece que aun no hemos visto nada.

Llegamos al camping (68.532417 N 15.728056 E) y montamos, tenemos delante el Gullesfjordbotn, ya se que siempre digo lo mismo, pero es que todos los fiordos son bellísimos y diferentes, nos sentamos al sol, con el polar puesto, y me parece un sueño estar con un libro, sentada al sol en la Islas Lofoten.

Cenamos en la cocina del camping, y después de un ratito que cada uno ha dedicado a sus preferencias, nos vamos a dormir. Hay luz diurna, pero aquí, al estar rodeados de montaña ya no vemos el sol.