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Trondheim - 08’02 horas. 10 ºC. 7.836 km recorridos.
Nos levantamos temprano y con lluvia intermitente, desmontamos a toda prisa aprovechando un momento en que han cerrado el grifo. Cuando estamos a punto, decidimos que vamos a desayunar por el camino, y emprendemos la ruta de hoy. La carretera bordea fiordos y a veces se adentra hacia la montaña donde vemos un paisaje con árboles y mullido sotobosque.
Cogemos el primer ferry del día, y llegamos por los pelos, pero cuando nos acercamos, dudando si hay que pagar antes de entrar o no, un empleado del barco ya nos hace señales de que avancemos y nos indica donde hemos de aparcar. Detrás nuestro llega una última autocaravana con matrícula española, que resultan ser dos parejas de Tarragona que hacen nuestra ruta más o menos. La travesía dura 15 minutos, y vamos a ver si hacemos algunas fotos desde cubierta. Hay bastante gente que no se mueve de dentro del coche. Llegamos enseguida y continuamos ruta con dirección a la Carretera del Atlantico. Pasamos dos túneles que unen ambas orillas de fiordos, por lo que transcurren bajo el mar. Comemos en un área de descanso unos bocatas que preparamos nosotros mismos ayer por la noche.
Llegamos a un pueblo en el que todo aquel que hable o entienda el castellano, no puede evitar la tontería de pararse y hacerse una fotografía en el letrerito: Folland y los del pueblo lo flipan.
Casi sin darnos cuenta llegamos a la Carretera del Atlantico, enseguida empezamos a saltar de isla en isla, viendo los tramos al aire y pensando que el trazado de los puentes reta la ley de la gravedad. Son pocos kilómetros, y cuando llegamos al final, nos miramos y casi leyéndonos el pensamiento, decidimos dar media vuelta y volverla a pasarla otra vez, con lo que la recorremos 3 veces.
Casi sin darnos cuenta llegamos a la Carretera del Atlantico, enseguida empezamos a saltar de isla en isla, viendo los tramos al aire y pensando que el trazado de los puentes reta la ley de la gravedad. Son pocos kilómetros, y cuando llegamos al final, nos miramos y casi leyéndonos el pensamiento, decidimos dar media vuelta y volverla a pasarla otra vez, con lo que la recorremos 3 veces.
Seguimos adelante y llegamos al segundo ferry que nos llevará hacia Molde dirección la Carretera de los Trolls. Otros 15 minutos de travesia donde esta vez conocemos a dos moteros que llevan matrícula holandesa, pero a los que escuchamos hablar castellano, resultando que unos de ellos vive en Holanda y el otro ha alquilado la moto en ese país y están regresando de la ruta de Nordkapp. Al salir del ferry cogemos el ultimo túnel submarino donde la bajada es muy pronunciada, y igualmente la subida. Llegamos al camping (62.49921 N 7.67172 E )hacia las 5 de la tarde y hace sol.
Estamos al mismo pie de la Trollstigen, montamos lo justo y sin dudarlo nos vamos a subir la carretera, aprovechando el sol, para hacer algunas fotos. Igual que la Carretera del Atlantico son pocos kilómetros, pero valen como si fueran 100 km. La Carretera discurre en la ladera de la montaña con pequeñas rectas que mueren en curvas de 180 grados y así sucesivamente, sumando que hay bastantes tramos en los que no pasan dos coches a la vez. Dentro de nuestro coche se ha hecho el silencio, el piloto es hábil (jajaja, rezando para no cruzarse con ningun autobús) y lo hace francamente bien, los demás no damos abasto a girar la cabeza a uno y otro lado para no perdernos detalle. Al llegar arriba algún chiringuito de recuerdos y un complejo en construcción.
Hay un sendero muy bien acondicionado que te lleva a un mirador sobre el vacio donde se puede apreciar por donde hemos subido realmente, y las fantásticas cataratas que bajan por diversos lados de las montañas y que vas viendo mientras asciendes. Muchas, muchas, muchas fotos…el lugar lo merece. Estamos contentos de haber subido esta misma tarde, mañana lo repetiremos con dirección a Flam y con el remolque. Volvemos al camping, cena en la cocina y intento de conexión a la Wi-fi, que últimamente nos está dando bastantes problemas por falta de conexión, y cuando logramos conectar, con la lentitud en subir los datos.
Estamos al mismo pie de la Trollstigen, montamos lo justo y sin dudarlo nos vamos a subir la carretera, aprovechando el sol, para hacer algunas fotos. Igual que la Carretera del Atlantico son pocos kilómetros, pero valen como si fueran 100 km. La Carretera discurre en la ladera de la montaña con pequeñas rectas que mueren en curvas de 180 grados y así sucesivamente, sumando que hay bastantes tramos en los que no pasan dos coches a la vez. Dentro de nuestro coche se ha hecho el silencio, el piloto es hábil (jajaja, rezando para no cruzarse con ningun autobús) y lo hace francamente bien, los demás no damos abasto a girar la cabeza a uno y otro lado para no perdernos detalle. Al llegar arriba algún chiringuito de recuerdos y un complejo en construcción.
Cuidadin con los "trolls".... |
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